¿Se ha preguntado alguna vez cómo nos afecta la cadena de suministro a diario? A veces, hablar de los barcos japoneses o de los impuestos en Europa puede sonar lejano para la gente corriente. Pero lo cierto es que cada pequeño cambio en la cadena de suministro puede afectar a cualquiera hoy en día. Un solo caso de Covid-19 en un puerto chino puede cambiar los precios de algunos productos en todo el mundo.
Los gobiernos aún no se han recuperado de la primera ola de pandemias. Por eso la cadena de suministro internacional es tan inestable. La cadena de suministro está completamente integrada. Si un producto se retrasa, luego lo hace el siguiente, de modo que esta perturbación continúa como una bola de nieve. Un horizonte de incertidumbre no hace sino complicar aún más las cosas.
Las consecuencias de la cadena de suministro a diario
No sólo los estantes del mercado sienten las consecuencias. El daño psicológico es una amenaza con toda la escasez, prueba de ello es la sobrecompra que empeora la situación. Es aún peor cuando un producto que no tiene problemas de distribución, como el papel higiénico, se enfrenta a una escasez por este motivo. La cadena de suministro ya tiene que gestionar los inevitables problemas.
Con la falta de conductores de camiones, los puertos no pueden trabajar con eficacia. Por lo tanto, los alimentos y otros materiales están menos disponibles en los mercados.
Más allá de la escasez, otro problema que nos afecta a diario son los precios. Si hay menos cantidad de un producto el precio sube, en consecuencia la calidad empeora. Las empresas y las personas se enfrentan a los mismos problemas, aunque a distintos niveles.
Estos fenómenos afectan a la forma en que los restaurantes y las empleadas del hogar eligen la comida que van a servir. Los costes de los alimentos frescos aumentan a niveles extraordinarios, lo que afecta a la salud de las personas.
Otra repercusión de las interrupciones de la cadena de suministro en nuestra vida cotidiana es el creciente número de donaciones en todo el mundo para ayudar a los que no tienen comida.
Concluyendo, vigilar la cadena de suministro internacional no es importante sólo para los inversores o los directivos, cualquiera puede sufrir las consecuencias.