Nunca ha habido tanta demanda de semiconductores, como nunca ha habido tanta crisis. Muchas empresas se preguntan si disponen de las tecnologías e infraestructuras necesarias. Al fin y al cabo, nadie sabe cuánto durará esta escasez.
Samsung tiene la intención de realizar la mayor inversión dentro de Estados Unidos de toda su historia. El plan es construir una fábrica de 17.000 millones de dólares en Texas para producir chips. Aun así, la inversión llega demasiado tarde para solucionar la escasez mundial de semiconductores, incluso produciendo un cambio significativo.
La empresa surcoreana ya tiene campus en Austin, pero el gobierno de Biden está descontento con la cantidad de industria en Estados Unidos. Muchas ciudades de Occidente luchan por atraer a este tipo de empresas y mitigar el creciente desempleo.
La crisis que comenzó con la pandemia que cerró las puertas de China y Taiwán -los mayores productores de chips del mundo- no se espera que se solucione pronto. La producción de dispositivos tecnológicos no es la única que sufre en medio de esta escasez, la comunicación, la sanidad, el transporte y el ejército, entre otras áreas.
Además de los cierres de los puertos y los bloqueos en Asia, la isla de Taiwán ha sufrido recientemente problemas con el suministro eléctrico en las zonas urbanas. El TMSC dijo que no han sufrido ningún daño importante; sin embargo, todavía están evaluando la situación a fondo.
¿Dónde entran en juego los semiconductores?
La industria del automóvil ha sufrido una reducción de la producción de más de 7 millones de vehículos, algunos gigantes del sector anuncian caídas de hasta el 14% en sus ingresos. En el Reino Unido los niveles de producción han alcanzado los puntos más bajos desde 1956.
Ya en el mundo de la tecnología, los objetivos de producción del iPhone 13 cayeron en 10 millones de unidades debido a problemas de suministro de chips. Al mismo tiempo, Acer, Dell y HP anunciaron escasez de portátiles.
Samsung corre el riesgo de suspender la producción de televisores y algunas empresas han anunciado que los efectos de la crisis durarán como mínimo hasta 2023. Nintendo también reducirá el número de consolas producidas en seis millones. La producción de electrodomésticos también se enfrenta a graves dificultades.
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